Nos proporciona agrado que este encuentro haya podido ser
organizado – como correspondía - por jóvenes que han sorteado múltiples
dificultades juntando los esfuerzos de diversas opiniones que, afines a la FSM,
actúan en el movimiento sindical que lucha y combate en Argentina.
Nuestro reconocimiento por tan
significativo aporte al sindicato de Trabajadores Valijeros, Talabarteros y
Artículos de Viaje y en particular a Ernesto Trigo, su Secretario General
(KIKI, para que sepan a quien me refiero) y a Luis Ariel Velazquez, que lo ha
acompañado de forma eficaz.
¡FELICIDADES, compañeros! Ustedes han evidenciado cuanto se puede
alcanzar cuando unimos nuestras fuerzas.
Es este un buen ejemplo digno de imitar
para alcanzar otros afanes en el avance de la FSM en este país que nos acoge
por el esfuerzo también de otras organizaciones sindicales clasistas como la
Asociación de Judiciales, CONAT y el Capitulo FSM Argentino. Junto a nosotros
también representantes de los Eléctricos de la Pampa y de la Asociación de
Maestros y Profesores de la Rioja, afiliados a la FSM.
Compañeras,
compañeros:
Nos reunimos en momentos en los que a las potencias occidentales,
encabezadas por Estados Unidos, les resulta muy difícil adaptarse a los nuevos
cambios políticos, económicos y sociales que están ocurriendo en los últimos
años en América Latina, acostumbradas, como estaban, a saquear las riquezas
naturales y
humanas de nuestras naciones a través de
sus compañías transnacionales.
Solo un ejemplo de ello: en Santa Cruz de la Sierra, de donde ayer
regresamos, se nacionalizó por el popular gobierno de Evo Morales, la Refinería
de Petróleo allí existente. Compensar el valor de lo que por ella se sufragó,
tardó solo tres meses de producción. Diversos gobiernos han revocado acciones
neoliberales. Marchan hacia la recuperación de las riquezas nacionales para
beneficio de sus pobladores.
Esos son los motivos de las fuertes
campañas en los medios de prensa occidentales como ha ocurrido contra el país
en el que nos reunimos, Argentina, por la nacionalización de la compañía
petrolera y gasífera controlada por la española Repsol y varios accionistas
extranjeros. El gobierno derechista español, a través de su nostálgico y
trasnochado aspirante a emperador, desató una estridente ofensiva diplomática e
impuso medidas de “represalia” a Buenos Aires, con el objetivo de que revocara
la expropiación del 51 % de las acciones petroleras y de gas de YPF. Pero la
soberana decisión bonaerense, con el apoyo mayoritario de su pueblo, continuó
adelante pese a las presiones de los poderosos.
Otro pretendiente a revivir un
languidecido imperio perdido en la historia, el primer ministro británico, agrede
la soberanía argentina y se niega a ni siquiera conversar acerca de su
intromisión en las islas Malvinas.
Nuestra solidaridad, compañeros, con los
esfuerzos del gobierno argentino por rescatar, para beneficio de su pueblo, las
riquezas que le pertenecen y el ejercicio de la soberanía a que tiene derecho.
Redime así banderas esgrimidas por decenas
de años por el movimiento sindical clasista y múltiples organizaciones sociales
que han luchado por ellas realmente enraizadas en el pueblo argentino.
La mayoría de otros países de “Nuestra
America” también cosechan avances en favor de su desarrollo enfureciendo por
ello al gobierno estadounidense y a sus aliados occidentales que lanzan
constantes campañas de desinformación.
Tratan de debilitar a los gobiernos que,
gozando de popularidad, no son sin embargo de su agrado por considerar que
afectan sus intereses.
Eso explica la reciente cascada de ataques
a los gobiernos democráticamente elegidos a través de golpes de estado
disfrazados. Cambian las modalidades pero el fin es el mismo. No se resignan a
perder lo que arrogante e injustificadamente consideran suyo.
Reiteramos nuestra denuncia del reciente
golpe de estado en Paraguay y de los intentos de desestabilización en Bolivia.
La crisis económica y las propuestas
impulsadas para hacer frente a sus consecuencias han puesto de manifiesto la
crueldad de la política neoliberal.
Millones de personas están siendo
condenadas sin remisión a la pobreza y a la pérdida de derechos humanos
fundamentales; el empleo, la sanidad y la educación son tres ejemplos al tiempo
se resquebrajan las reglas de juego de la democracia, que para ser real, ha de
sustentarse en la soberanía popular y no en
la decisión exclusiva del poder
financiero.
¿Qué son las personas de carne y hueso?, se preguntaba Eduardo
Galeano en un artículo titulado “Los invisibles”. “Para los economistas más
notorios, - se respondía él mismo - números. Para los banqueros más poderosos,
deudores. Para los tecnócratas más eficientes, molestias. Y para los políticos
más exitosos,
votos”. Este pensamiento está en el origen
no sólo de la crisis económica que padecemos sino también de la crisis moral
que nos atenaza.
El sistema neoliberal no deja espacio a la
disidencia. Controla todos los resortes del poder, incluido el pensamiento, que
ha dejado de ser libre para estar adocenado por la manipulación de la
información.
Sin embargo, en un panorama marcado en el
mundo por la incertidumbre y la falta de horizontes, aún cabe confiar en la
rebeldía de la juventud como motor de transformación. La frustración es un
estado de ánimo que nos invade y nos paraliza, pero un día estalla y fuerza -
sino una revolución - sí un cambio profundo de modelo, que es exactamente lo
que ahora necesitamos.
En 1945 los trabajadores del mundo
adoptaron la decisión de unirse en la Federación Sindical Mundial. Los delegados
de aquel histórico congreso de la FSM representaban a todo el movimiento
sindical internacional
salvo una sola excepción.
Se guiaban por la intuición de que solo unidos podían los
trabajadores ser fuertes para enfrentar los desmanes de los capitalistas.
Se fue desarrollando firme, sólida,
enérgica por lo que las transnacionales, con el apoyo de sus metrópolis y la
acción de sus aparatos de espionaje, decidieron y lograron dividirla cuatro
años después de fundada.
De entonces a acá se ha evidenciado de
manera más diáfana en sus principios, sus objetivos y en su práctica, dos
tendencias del sindicalismo internacional.
Nos enfrentamos como FSM, por ejemplo, a
que en esta etapa de crisis del sistema, ya caduco, sin nada que ofrecer a los
trabajadores y pueblos, se intente convencernos desde la otra organización
sindical
internacional, en que con más capitalismo
pueden resolverse nuestros problemas y que hay que acudir al FMI y al Banco
Mundial en busca de recetas.
La FSM promueve confiar en nosotros
mismos, en nuestras fuerzas, en la integración de las naciones de “Nuestra
America” con la mira puesta en el hombre, no en el mercado como en la ALBA. Actuamos
defendiendo, frontalmente, de verdad, no de palabra, a los trabajadores, sus
derechos, a sus organizaciones sindicales. Abogamos por la unidad de los
trabajadores, se requiere. Nuestros enemigos, los capitalistas, están unidos. A
la globalización neoliberal debemos oponer la de nuestras luchas. Pero
defendemos al tiempo que la unidad por principios, una unidad con principios,
como dijera el dirigente
de una querida organización sindical
argentina cuando batallaban duramente en contra de una inexplicable
decisión. Nos satisface profundamente constatar la identificación
que tenemos los participantes en este hermoso encuentro de jóvenes trabajadores
del cono sur auspiciado por la Secretaría de la Juventud de la FSM.
Nuestra expectativa es que los jóvenes
trabajadores vinculados al movimiento sindical clasista, a la FSM, sean
gestores del cambio.
Aspiramos que ustedes continúen militando
con más fuerza aun después de este Encuentro en la avanzada de la lucha por la
transformación de nuestras sociedades en beneficio de sus trabajadores y
pueblos.
En
pos de un mundo mejor. Ese mundo mejor que para la FSM tiene un nombre:
SOCIALISMO.
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